Hay muchos supercentenarios alrededor del mundo y generalmente conocemos a cada uno de ellos pues aparecen en el libro de los récords Guinness. En agosto de este año, quien ostentaba el título de “el hombre vivo más longevo del mundo”, Yisrael Kristal, murió a los 114 años en Israel, cediéndole la posición al español, originario de Extremadura, Francisco Núñez Olivera.
El hombre celebró el pasado 13 de diciembre sus 113 años, sin duda una edad a la que pocos han logrado acercarse, lo mejor de todo es que goza de buena salud y toda su familia se toma muy en serio su cumpleaños.
La hija de Francisco, Antonia, tiene 82 años, y comenta que en su cumpleaños su padre es más activo que nunca, más alegre y satisfecho de sí mismo, ella le pide que se tome su día con tranquilidad porque “el día va a ser largo”.
La celebración se dio con un pastel, sus cuatro hijos, nueve nietos y quince biznietos y Francisco acompañó su rebanada de pastel con un vaso de leche. Antonia, cuida mucho de su padre, pero explica que él siempre ha tenido hábitos muy saludables que han hecho que esté en perfecto estado; de hecho, la tensión arterial es perfecta y no tiene ningún rastro de azúcar en sangre lo que le permite desayunar magdalenas y yogur líquido todos los días.
Núñez es frecuentemente visitado en su casa en Extremadura, el alcalde y otros representantes del ejército y de la vida política local van porque es veterano de guerra, específicamente combatió en la Guerra del Rif, en Marruecos. También le agradecen que cada año que tiene de vida haya logrado que esa pequeña localidad sea vista en todo el mundo.
“Estoy loquísimo, satisfecho de mi alma”, cuenta Francisco, aunque en el pueblo lo conocen como Marchena por una anécdota que contó en un vídeo en las redes sociales. El anciano explica que regresó a su pueblo del servicio militar días después de que el cantaor del mismo nombre se hubiese presentado y muchos lo consideraron tan apuesto como él.
Los dos hermanos que aún viven de Marchena también son bastantes mayores, uno tiene 97 años y vive en Asturias y su hermana tiene 93 años y vive en Bienvenida.
Antonia nunca se casó y vive con su padre, ella no solo lo cuida, sino que programa sus visitas y entrevistas para evitar que se fatigue. Antonia comenta que su padre ha ingresado pocas veces a un hospital, una de las pocas veces fue para operarse de las cataratas a los 92 años, y cuando salió de la operación retomó la lectura, un hábito que sigue teniendo hasta hoy. También comentó que su padre paseaba por todo el pueblo hasta que cumplió 104 años, y que él mismo ha cultivado su alimentación.
Francisco se jacta en que no vive ni vivió una vida con estrés y aconseja tener una vida simple, una dieta rica en vegetales y acompañar los días con una copa de vino tinto.
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